Cancionero

LA JARDINERA (Violeta Parra)

Para olvidarme de ti,
voy a cultivar la tierra,
en ella espero encontrar,
remedio para mi pena.
Aquí plantaré el rosal,
de las espinas más gruesas,
tendré lista la corona,
para cuando en mi te mueras.
Para mi tristeza violeta azul,
clavelina roja pa' mi pasión,
y para saber si me corresponde,
deshojo un blanco manzanillón.
Si me quiere mucho, poquito o nada,
tranquilo queda mi corazón.
Creciendo irá poco a poco,
los alegres pensamientos,
cuando ya estén florecidos,
irán lejos tu recuerdos.
De la flor de la amapola,
seré su mejor amiga,
la pondré bajo la almohada,
para dormirme tranquila.
Para mi tristeza...etc.
Cogollo de toronjil,
cuando me aumenten las penas,
las flores de mi jardín,
han de ser mis enfermeras.
Y si acaso yo me ausento,
antes que te arrepientas,
heredarás estas flores,
ven a curarte con ellas.

Para mi tristeza...etc.

LOS MOMENTOS (Eduardo Gatti)

Tu silueta va caminando
con el alma triste y dormida,
ya la aurora no es nada nuevo
pa' tus ojos grandes y pa' tu frente;
ya el cielo y sus estrellas
se quedaron mudos, lejanos y muertos
pa' tu mente ajena.
Nos hablaron una vez cuando niños,
cuando la vida se muestra entera,
que el futuro, que cuando grandes,
ahí murieron ya los momentos,
sembraron así su semilla
y tuvimos miedo, temblamos,
y en ésto se nos fue la vida.
Cada uno aferrado a sus dioses,
productos de toda una historia,
los modelan y los destruyen
y según eso ordenan sus vidas;
en la frente les ponen monedas,
en sus largas manos les cuelgan
candados, letreros y rejas.


La Torcacita

(Cáceres - Barragán)

A su ventana cerrada
muy suave llamaba
una paloma torcaza
herida... gemía...
Era un poeta dormido
nunca el amor le cantó.
A esa paloma torcaza
cuidando su herida
su amor le entregué.
Quiéreme, torcacita ingrata,
tú me enseñaste a amar
y al que te hirió
con saña en el alma
hoy tienes que olvidar.
Quiéreme, torcacita ingrata
tu amor al norte fue
olvida a ese palomo
que no merece tu corazón
pobre paloma enferma
te vas muriendo de soledad.
En la ventana florida
su pena tejía.
De tanto mirar los cerros
sus ojos morían.
Nunca hubo tanta tristeza
se le olvidó la canción
Pobre paloma torcaza
no existe remedio
para el mal de amor.
Quiéreme, torcacita ingrata,
tú me enseñaste a amar, etc.

El vendedor

(Mocedades)

En la plaza vacía nada vendía el vendedor
y aunque nadie compraba, no se apagaba nunca su voz
Coro: no se apagaba nunca su voz
Voy a poner un mercado
entre tantos mercaderes
para vender esperanzas
y comprar amaneceres.
Para vender un día
la melodía que hace al andar
el agua de ese río
que es como un grito de libertad
Coro: que es como un grito de libertad
:/¿Quién quiere vender conmigo
la paz de un niño durmiendo
la tarde sobre mi madre
y el tiempo en que estoy queriendo?/:
Tú eres el que ha pasado
el que ha llegado y el que vendrá
Vende el árbol que queda
en la arboleda de la verdad
Coro: en la arboleda de la verdad
Voy a ofrecer por el aire
las alas que no han volado,
y los labios que recuerdan
la boca que no han besado.
Alza cada mañana esa campana de tu canción,
pregonero que llevas mil cosas nuevas
en tu pregón
Coro: mil cosas nuevas en tu pregón
:/Vendo en una cesta el agua
y la nieve en una hoguera
y la sombra de tu pelo
cuando inclinas la cabeza./:
Quién quiere vender conmigo
la paz de un niño...
Vendo en una en una cesta el agua
y la nieve... La lara lara....


Te recuerdo Amanda

(Víctor Jara)
Te recuerdo Amanda
la calle mojada
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel.
La sonrisa ancha
la lluvia en el pelo
no importaba nada
ibas a encontrarte con él
con él , con él, con él
son cinco minutos
la vida es eterna
en cinco minutos
suena la sirena
de vuelta al trabajo
y tu caminando
lo iluminas todo
los cinco minutos
te hacen florecer.
Te recuerdo Amanda
la calle mojada
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel.
La sonrisa ancha
la lluvia en el pelo
no importaba nada
ibas a encontrarte con él
con él, con el, con él
que partió a la sierra
que nunca hizo daño
que partió a la sierra
y en cinco minutos
quedó destrozado
suena la sirena
de vuela al trabajo
muchos no volvieron
tampoco Manuel.
Te recuero Amanda
la calle mojada
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel.

Alfonsina y el mar

Letra: Félix Luna

Música: Ariel Ramírez

Por la blanda arena que lame el mar
tu pequeña huella no vuelve más,
un sendero sólo de pena y silencio llegó
hasta el agua profunda.
Un sendero sólo de penas mudas llegó
hasta la espuma.
Sabe Dios qué angustia te acompañó,
qué dolores viejos calló tu voz,
para recostarte arrullada en el canto de las
caracolas marinas.
La canción que canta en el fondo oscuro del mar
las caracolas.
Te vas, Alfonsina, con tu soledad.
¿Qué poemas nuevos fuiste a buscar?
y una voz antigua de viento y de sal
te requiebra el alma y la está llevando,
y te vas hacia allá como en sueños,
dormida, Alfonsina, vestida de mar.
Cinco sirenitas te llevarán
por caminos de algas y de coral,
y fosforescentes caballos marinos harán
una ronda a tu lado,
y los habitantes del agua van a jugar
pronto a tu lado.
Bájame la lámpara un poco más,
déjame que duerma, nodriza, en paz,
y si llama él no le digas que estoy, dile que
Alfonsina no vuelve.
Y si llama él no le digas nunca que estoy,
di que me he ido.

Te vas, Alfonsina ...

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar