El Ciego Quisto

26.10.2022

¡¡UN BROMISTA DE MANUAL!!

por Patricio Carrillo L.

     ¿Alguna vez contemplaron la foto de un niño haciendo su primera comunión en la década del 60?... guantes blancos, manos en actitud de oración, con un rosario en las manos y colgada del brazo una escarapela que decía "recuerdo de mi primera comunión"  y una carita de ángel que ya encumbraba hacia el cielo, eso era el Ciego Quisto... un santo.

     Él llegó a la Normal a pasarlo "chancho", ¿para qué llevar una vida triste y aburrida?, con clases que resultaban, a veces, una lata. No, había que ponerle "wendy" a esas clases que no tenían ningún brillo. Cuando nos tocaban esas clases en que todos nos estábamos quedando dormidos, al Ciego se le ocurrían ideas geniales para acortar el día. Así, llenaba un tarro de nescafé con papel de diario, le prendía fuego y lo impulsaba hacia el pizarrón, todos despertábamos muertos de la risa, y él permanecía como si nada. Para qué hablamos de la indignación de los maestros.

     Durante los recreos, y mientras todos permanecíamos en el patio, el Ciego se dedicaba a coser las mangas de nuestras chaquetas y parkas, así, a la salida, cuando queríamos abrigarnos, ¡¡era imposible!! Otra  vez se dedicó a cortar con una guillette los botones de nuestras chaquetas, eso sí, tenía el cuidado de echarlos en los bolsillos.  

     Se daba la pega de ir a la Radio Baquedano a dejar dedicatorias musicales a los compañeros de curso, especialmente en los programas de música mexicana, por ejemplo : "Para Arturo Jaramillo, de parte de tu "Güirgüil" (niña no tan agraciada) Rebeca, el conocido tema "no me amenaces". Y él, disfrutaba mucho esas dedicatorias.

     En clases en que ya reventábamos de apatía y sin ninguna motivación de parte del maestro de turno, el Ciego hacía estallar esas famosas bombas fétidas, cuyos ingredientes eran: azul (un antiguo blanqueador de ropa) y limón, en cosa de minutos el aire se hacía irrespirable y era necesario evacuar la sala de inmediato poniéndose  término a la clase.

     Otra vez en plena clase le pegó una fuerte palmada en la espalda al Chino Solar, e inmediatamente el Ciego grita, poniéndose en actitud de agredido, tratando de masajearse la espalda... ¡¡te pasaste Chino!!, le dice... el profe, en el acto sentencia: "¡¡Solar, para afuera!!"

     El Ciego inventó un sistema infalible para sacarse buenas notas en las pruebas de desarrollo: El profesor dictaba las clásicas 7 preguntas, o a veces más, y decía pueden responder primero las que sepan bien, después las otras. El Ciego, respondía dos veces la pregunta que mejor se sabía, sólo le anteponía el número correspondiente y dejaba una sin responder, de tal forma que siempre respondía toda la prueba, al revisarla, el profesor sumaba las respuestas buenas y le ponía la nota, que siempre era un 5 o un 6. Hasta que lo fueron cachando, fue el profesor Ballesteros que lo puso en evidencia, felicitándolo por su astucia, pero ya no le pasaría más gatos por liebre. Todo el curso respondió con una estruendosa carcajada.

     Para que hablamos de lo enamorado, siempre aguaitando a las mejores minas y con un cigarrito en las manos.

     Cuando alguien le reprochaba las "cagaditas" que se mandaba, él respondía, siempre serio y la mejor cara de palo: "no sé, no puse cuidado".


¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar