Tutito y Kokosman

06.08.2022
por Patricio Carrillo
     De todos los años que compartimos, sin duda el episodio protagonizado por Kokosmann y Tutito Barrera está en nuestras mentes como uno de los más hilarantes que todos recordamos.
     No recuerdo bien si fue el año 1968 o 1969, llegó a nuestra sala un viejo de casi dos metros, de espalda ancha, ya muy canoso, con un aire de suficiencia más que Trump, vestía un chaquetón gris y que no paraba de fumar. Fue presentado como el nuevo profesor de inglés. Su currículum decía que era oficial del ejército en retiro.
     Apenas comenzaron las clases, todos nos dimos cuenta de que nunca fue un profesor, era un instructor acostumbrado a dar órdenes y ser obedecido sin la más mínima oposición, o sea, no había derecho a pataleo. Sucedió que en un interrogatorio sacó al pizarrón al "viejo Tapia",
el que no cachaba nada, pero nada de inglés. Kokosmann le dijo: ¡lea!, ahí mismo empezó el martirio para Tapia "itisss theeeee doarrrr"Kokosmann ya muy impaciente con Guillermo le dice : "¡oiga iñor, usted está comiendo papas calientes o qué!", el pobre viejo Tapia se colocó rojo de rabia y se fue a su silla mascullando chuchás contra el profe. En un principio todos nos reímos, pero luego reaccionamos contra Kokosmann y entendimos que un verdadero maestro no puede humillar a sus alumnos, más aún cuando al alumno le cuesta la materia.
     Nuestro curso, integrado mayoritariamente por hombres, nunca se caracterizó por tener nuestra sala limpia, por el contrario, ella estaba generalmente llena de papeles, bancos y sillas desordenados y dejaba bastante que desear. Sucedió que en una clase de inglés y mientras hacía su clase, Kokosmann fumaba y fumaba y todas las colillas iban al suelo, luego las pisoteaba y seguía la clase:

Súbitamente, Jorge Barrera levanta la mano y le dice al profesor : "me permite míster, yo estoy de semanero y debo velar por el aseo de la sala y usted está botando colillas en el suelo y eso no lo voy a permitir, por tanto me recoge de inmediato esas colillas"... Todos quedamos paralizados, pues no sabíamos cómo reaccionaría el viejo. Sólo atinó a decir "pero si no hay ni un cenicero", entonces el Tutito fue hasta la mesa del profesor y le llevó una concha de loco y le dice: "por favor, me recoge las colillas, ahora", en la sala no volaba una mosca , de pronto vimos como el viejo, con esa tremenda humanidad, se agachaba y recogía las colillas una a una, seguidamente se retiró de la sala, una explosión de risa contenida estalló en todos nosotros, no era una risa de burla hacia un viejo profesor, sino un acto de justicia en contra de una persona arrogante, prepotente, falto de criterio y mirador en menos de un grupo de adolescentes que estaban allí para aprender y ser tratados como personas. Fue el triunfo de David contra Goliat.

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